It was a fierce, breathtaking image, and I kept thinking about it for long after I had closed the book and put it on the shelf. Marie-Antoinette's severed head, unearthed from a pit of human remains. In three short sentences, Chateaubriand travels twenty-six years. He goes from flesh to bone, from piquant life to anonymous death, and in the chasm between them lies the experience of an entire generation, the unspoken years of terror, brutality, and madness. I was stunned by the passage, moved by it in a way that no words had moved me in a year and a half. Then, just three days after my accidental encounter with those sentences, I received Alex's letter asking me to translate the book. Was it a coincidence? Of course it was, but at the time I felt as though I had willed it to happen- as though Alex's letter had somehow completed a thought I was unable to finish myself. In the past, I had never been one to believe mystical claptrap of that sort. But when you live as I was living then, all shut up inside yourself and not bothering to look at anything around you, your perspective begins to change. For the fact was that Alex's letter was dated Monday the ninth, and I had received it on Thursday the twelfth, three days later. Which meant that when he was in New York writing to me about the book, I had been in Vermont holding the book in my hands. I don't want to insist on the importance of the connection, but I couldn't help reading it as a sign. It was as if I had asked for something without knowing it, and then suddenly my wish had been granted.
martes, 19 de junio de 2007
lunes, 18 de junio de 2007
Maestro Eckhart, "El fruto de la nada"
Esta palabra, que he pronunciado en latín, la escribe san Lucas in actibus a propósito de San Pablo y suena así: "Saulo se levantó del suelo y, con los ojos abiertos, nada veía." [Hch 9,8].
Me parece que esta palabra tiene cuatro sentidos. Un sentido es éste: cuando se levantó del suelo, con los ojos abiertos, nada veía, y esa nada era Dios; puesto que, cuando ve a Dios, lo llama una nada. El segundo [sentido es]: al levantarse, allí no veía nada sino a Dios. El tercero: en todas las cosas nada veía sino a Dios. El cuarto: al ver a Dios veía todas las cosas como una nada.
Antes [Lucas] ha explicado cómo una luz súbitamente vino del cielo y lo derribó al suelo [Hch 9,3]. Ahora date cuenta de que dice: "una luz vino del cielo." Nuestros mejores maestros dicen que el cielo tiene luz en sí mismo y, sin embargo, no brilla. También el sol tiene luz en sí mismo y, con todo, brilla. Las estrellas también tienen luz, aun cuando afluye a ellas. Nuestros maestros dicen: el fuego, en su pureza simple, natural, en su estado superior, no brilla. Su naturaleza es [allí] tan pura que no hay ojo que lo pueda percibir en modo alguno. Es tan sutil y extraño al ojo que, si estuviera aquí abajo junto al ojo, no podría captarlo con la vista. En un objeto extraño, sin embargo, se le ve bien cuando inflama un pedazo de madera o de carbón.
Por la luz del cielo entendemos la luz que es Dios y que ningún sentido humano puede percibir.
("El fruto de la nada", traducción Amador Vega).
Por la luz del cielo entendemos la luz que es Dios y que ningún sentido humano puede percibir.
Etiquetas:
El fruto de la nada,
Maestro Eckhart
viernes, 15 de junio de 2007
Santiago Gamboa, "Vida feliz de un joven llamado Esteban"
El problema de escribir siendo estudiante de Literatura es que uno tiende a teorizar de antemano lo que todavía no ha escrito o, en el mejor de los casos, ha escrito mal. Estudiando letras uno es tan consciente de todo que no logra sorprenderse con algo fresco, sin el peso de las ideas aprendidas en los tratados de estética. Yo luché contra eso y no sé si gané, pero sí sé que esa lucha me permitió seguir escribiendo. Me enseñó que todo era posible con disciplina y sobre todo con la fuerza para romper lo que es dudoso, sin contemplaciones, olvidando la arrogancia del que cree saber mucho sobre algo que, sin embargo, no es capaz de crear.
Oscar Wilde, "The Decay of Lying"
Art finds her own perfection within, and not outside of, herself. She is not to be judged by any external standard of resemblance. She is a veil, rather than a mirror. She has flowers that no forests know of, birds that no woodland possesses. She makes and unmakes many worlds, and can draw the moon from heaven with a scarlet thread.
(The Decay of Lying)
jueves, 14 de junio de 2007
Baudelaire, "premier voyant, roi des poètes"
..nous arrivons a cette vérité que tout est hiéroglyphique, et nous savons que les symboles ne sont obscures que d’une manière relative, c’est-à-dire selon la pureté, la bonne volonté ou la clairvoyance native des âmes. Or qu’est-ce qu’un poète (je prends le mot dans son acception la plus large), si ce n’est un traducteur, un déchiffreur? «Reflexions sur quelques-uns de mes contemporains, «Victor Hugo » (1861)
miércoles, 13 de junio de 2007
Aragon, "El campesino de París"
Sin embargo, ¿qué era aquella necesidad que me animaba, aquella pendiente que me inclinaba a seguir, aquel rodeo de la distracción que me procuraba el entusiasmo? Ciertos lugares, muchos espectáculos, experimentaba su intensa fuerza en mí, sin descubrir el principio de este encantamiento. Había objetos usuales que, sin duda, participaban para mí del misterio, me sumergían en el misterio. Amaba aquella embriaguez que ya conocía, pero no metódicamente. Lo buscaba en el empirismo con la esperanza a menudo desilusionante de encontrarlo. Lentamente acabé deseando conocer la relación de todos aquellos placeres anónimos. Me parecía realmente que la esencia de aquellos placeres podría ser sólo metafísica, me parecía realmente que en su momento podía implicar una especie de gusto apasionado por la revelación. Un objeto se transfiguraba ante mis ojos, no adquiría ni un cariz alegóprico ni el carácter de símbolo; no manifestaba tanto una idea pues él era aquella idea misma. Así profundamente se prolongaba en la masa del mundo. Tenía vivamente la esperanza de llegar a tocar una cerradura del universo: como si el pestillo fuyera de pronto a resbalar. (...) Se mostraban, pues, ante mí como tiranos transitorios y, de alguna forma, los agentes del azar junto a mi sensibilidad. Al fin, recobré la lucidez cuando sufrí el vértigo de lo moderno. ("El sentimiento de la naturaleza en el Buttes-Chaumont", traducción Victoria Cirlot)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)